Cuando hablamos de azúcar, rápidamente
pensamos en esos granos blancos que echamos en cada taza de café. O en
mermelada, galletas, tartas y pasteles, porque todos tienen un sabor dulce.
Pero
también están llenos de azúcar otros alimentos que no tienen sabor dulce.
Son los almidones (féculas), si no lo
notamos es porque en ellos las moléculas del azúcar están encadenadas unas con
otras, al contrario que en el azúcar de mesa, en el que cada molécula está
suelta y libre. De esta forma, sus largas moléculas de azúcar no llegan a ser
reconocidas por las papilas gustativas, que son las que permiten apreciar ese
sabor dulce.
Pero más adelante, durante la digestión en
el intestino, esas moléculas de azúcar se separarán unas de otras antes de
pasar a la sangre, por lo que para el organismo será exactamente igual que si
hubiera tomado azúcar a cucharadas.
Pan blanco, arroz blanco, pan de molde,
tortas de arroz inflado, patatas… son algunos de esos alimentos cuyo consumo
excesivo (pensando además que son saludables) puede tener consecuencias
nefastas para la salud.
Y es que el azúcar que tienen estos
alimentos se libera con mucha rapidez en la sangre, algo que sufren todas las
células del cuerpo, incluidas las del cerebro.
Para
evitar este peligro, hay que fijarse en el Índice Glucémico (IG) de las frutas
y almidones, que es el que determina el impacto de un alimento en el azúcar de
la sangre.
De esta forma, deberá priorizar los que
tengan un IG bajo.
¿Cómo elegirlos? Un truco fácil: cuanto más
naturales y poco transformados son los alimentos, más bajo es su IG. Y aquí
viene la sorpresa: aunque a veces creamos que estamos tomando un alimento muy
saludable (por ejemplo, un zumo), el solo hecho de haber “procesado” ese
alimento al licuarlo ya implica un cambio en su IG.
Por eso le será útil saber los efectos que
tienen los procesos de preparación de los alimentos sobre su IG, que son los
siguientes
El
refinado: los alimentos integrales tienen un IG más bajo que los refinados (por
eso habría que priorizar el arroz integral sobre el blanco)
El
triturado: una preparación que requiere triturar un alimento incrementa
automáticamente su IG (es el ejemplo del zumo que ha
visto antes frente a la pieza
de fruta entera)
La cocción: cuanto más se cocina un
alimento, más aumenta su IG (por ejemplo la pasta al dente tiene un IG más bajo
que la pasta bien cocida)
La
refrigeración: en un alimento cocinado que después se refrigera su IG
disminuirá de nuevo (por eso las patatas frías en ensalada tienen un IG
inferior a las patatas cocinadas y consumidas en caliente)
Estas cuatro pistas le ayudarán sin duda a
alimentarse de forma más saludable, tomando las elecciones más beneficiosas
para la salud. Porque el azúcar es el gran enemigo de nuestra salud, tanto el
azúcar que vemos como el que no lo parece. Y el índice glucémico se revela como
el gran aliado para alimentarnos mejor.
Fuente: Tener S@lud: http://www.saludnutricionbienestar.com/por-que-conviene-tomar-la-pasta-al-dente
Fuente: Tener S@lud: http://www.saludnutricionbienestar.com/por-que-conviene-tomar-la-pasta-al-dente